La ruta comienza en el Monasterio de Armenteira, Cenobio de la Orden del Císter del S. XII.
Fachada principal del Monasterio de Armenteira
Tras dejar el coche aparcado en las afueras del recinto del Monasterio, la ruta comienza en la entrada de dicho aparcamiento y discurre todo cuesta abajo, por lo que a la vuelta, nos toca subida. Quien guste, puede empezar por el otro extremo y hacerlo al contrario.
Al poco de comenzar la ruta, bajando desde el Monasterio... empezamos a encontrarnos con los primeros molinos de agua.
La ruta en sí, es una verdadera gozada para todos los sentidos. A medida que nos adentramos en sus bellos parajes, el sonido del río se convierte en música celestial para nuestros oídos.
Cascadas de agua, molinos de agua, intensa vegetación, senderos entre la densa arboleda, nos llevan a un mundo de total relax, donde el tiempo parece no pasar.
La densa vegetación y la humedad del ambiente, propician la proliferación de hiedras y musgo por los troncos de los árboles.
A lo largo del camino, nos cruzamos con numerosos molinos de agua, no todos en buen estado. Un vestigio de lo que en tiempos fue un medio de vida.
La estación invernal, es la mejor época para visitar estos parajes, pues solamente el agua, representa la mitad del encanto de esta ruta.
Es un paseo que no deja indiferente a nadie. El que la hace... la repite. La belleza de su entorno, nos traslada a una época lejana, lejos de la civilización, y el mundanal ruido.
El sonido de las aguas del río lo envuelve todo y lo convierte en uno de los más bellos bosques de Galicia.
Es imposible perderse, pues todo el trayecto, está marcado con las franjas paralelas blancas y amarillas, que nos indica el camino correcto a seguir y que se trata de un recorrido de corta distancia. Si la franja amarilla, fuera de color rojo, eso nos indicaría que el recorrido es de larga distancia.
Es una de las mejores rutas de senderismo de toda la provincia de Pontevedra. Todo el recorrido es encantador. Pasear por sus frondosos bosques, escuchar el sonido del agua del río, nos hará olvidar del mundo real, para transportarnos a un mundo completamente aparte.
Y hasta aquí mi recorrido, aunque aquí no acaba, hay mucho más trayecto, pero por el reportaje fotográfico no me dio tiempo a más. Esta ruta la hice a mediados de Diciembre y faltaba poco para que se me echara la noche encima y todavía tenía que hacer el camino de vuelta hasta el coche.
Espero les hayan sido ameno este pequeño recorrido por una de las mejores fragas de Galicia. Un saludo.
